Las hernias discales representan una de las patologías más frecuentes en consulta de fisioterapia y rehabilitación. Aunque suelen asociarse con un movimiento brusco o un mal gesto, la evidencia científica actual señala que sus causas son multifactoriales, combinando factores genéticos, degenerativos, mecánicos, laborales y de estilo de vida. Comprender esta complejidad es esencial tanto para la prevención como para el abordaje terapéutico.
Principales causas identificadas
Cambios degenerativos y envejecimiento
El envejecimiento es uno de los factores determinantes. Con los años se producen alteraciones bioquímicas y celulares en el disco intervertebral, reduciendo su capacidad de soportar cargas. Estas modificaciones afectan al colágeno, los proteoglicanos y la matriz extracelular, favoreciendo fisuras, protrusiones y finalmente la herniación. Es importante destacar que estos cambios son normales en la maduración de los tejidos, pero combinados con otros factores, aumentan el riesgo de lesión.
Genética
Estudios recientes muestran que determinados genes predisponen a la degeneración discal. Mutaciones en genes relacionados con el colágeno (como Col9a2 y Col9a3) o en receptores de vitamina D han sido asociados con mayor vulnerabilidad a desarrollar hernia discal. La predisposición genética no determina por sí sola la aparición, pero sí amplifica el efecto de otros factores de riesgo.
Factores mecánicos, laborales y ambientales
La sobrecarga mecánica es otro componente clave. Actividades físicas extenuantes, levantar peso de manera repetida, posturas forzadas o la exposición prolongada a vibraciones aumentan la incidencia de hernia discal. También se han identificado riesgos en trabajos que implican permanecer de pie muchas horas, en oficinas con mala ergonomía o en tareas con movimientos repetitivos.
- Manipulación frecuente de cargas
- Posturas estáticas prolongadas
- Exposición a vibraciones (por ejemplo, conductores de maquinaria pesada)
- Mala ergonomía en puestos de oficina
Otros factores
- Tabaquismo: reduce la microcirculación del disco, acelerando su degeneración.
- Sobrepeso y obesidad: incrementan la carga mecánica sobre la columna, facilitando la aparición de hernias.
- Estilo de vida sedentario: favorece la debilidad muscular y limita la capacidad de soporte del raquis.
Un origen multifactorial
La literatura científica actual concluye que las hernias discales rara vez se deben a un único factor. La interacción entre predisposición genética, envejecimiento, sobrecarga mecánica y factores ambientales conforma el terreno donde aparece esta patología. Por eso, el enfoque clínico debe ser integral, atendiendo tanto a la prevención como a la intervención temprana.
Prevención y abordaje desde la fisioterapia
Las revisiones sistemáticas señalan que una de las claves para reducir la incidencia de hernias discales es la identificación y modificación de factores de riesgo laborales y de estilo de vida. El entrenamiento físico adaptado, la educación postural y la intervención temprana son fundamentales.
El papel de TRAK en la telerehabilitación
TRAK Active se posiciona como una herramienta de gran valor en este escenario. La plataforma permite:
- Acceder a programas personalizados de ejercicio terapéutico basados en evidencia científica.
- Ofrecer seguimiento digital que mejora la adherencia a los tratamientos.
- Integrar tecnología de corrección automática por IA para mejorar la ejecución de los movimientos.
- Facilitar la prevención secundaria en pacientes con antecedentes de hernia discal.
De esta forma, TRAK no solo ayuda a los pacientes a recuperarse, sino que también ofrece a los profesionales una herramienta sólida para monitorizar el progreso y ajustar las cargas de manera remota.
Conclusión
Las hernias discales son el resultado de una compleja interacción de factores genéticos, degenerativos, mecánicos y ambientales. Más que un único desencadenante, la literatura científica apunta a un origen multifactorial. Ante ello, la fisioterapia y la telerehabilitación ofrecen un marco eficaz para la prevención y el tratamiento. Herramientas digitales como TRAK permiten personalizar la intervención, mejorar la adherencia y facilitar un seguimiento profesional constante. En definitiva, la clave está en actuar de manera integral: identificar factores de riesgo, intervenir precozmente y utilizar la tecnología como aliada.
Preguntas frecuentes sobre hernias discales (FAQs)
No necesariamente. La evidencia muestra que el movimiento no es lesivo por sí mismo. El riesgo aparece cuando existen sobrecargas repetitivas, mala ergonomía o predisposición genética.
No hay consenso sobre una postura “perfecta” para levantar objetos. Lo importante es la eficiencia del movimiento y la variabilidad postural. El problema surge al repetir un mismo patrón de carga de forma excesiva.
Sí. Plataformas como TRAK ofrecen programas de ejercicios guiados, con corrección en tiempo real y seguimiento profesional, lo que mejora la recuperación y la adherencia.
El tabaco afecta la microcirculación y el metabolismo de los discos intervertebrales, favoreciendo su degeneración y aumentando el riesgo de hernia.
No siempre, dado su carácter multifactorial. Sin embargo, modificar hábitos como mejorar la ergonomía, realizar ejercicio terapéutico, controlar el peso y evitar el tabaco reduce significativamente el riesgo.