La artrosis de cadera es una de las patologías articulares más frecuentes en adultos mayores y en personas con antecedentes de sobrecarga mecánica o lesiones previas. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago de la articulación de la cadera, provocando dolor, rigidez y limitación funcional. Con el aumento de la esperanza de vida y los estilos de vida más sedentarios, su prevalencia va en aumento. Sin embargo, el tratamiento temprano y el ejercicio terapéutico guiado —incluida la telerehabilitación mediante plataformas como TRAK— puede ralentizar su progresión y mejorar de forma significativa la calidad de vida.
¿Qué es la artrosis de cadera?
La artrosis de cadera, también conocida como coxartrosis, es una enfermedad degenerativa del cartílago articular que recubre la cabeza del fémur y el acetábulo (la cavidad de la pelvis donde encaja). Cuando este cartílago se deteriora, los huesos rozan entre sí, lo que genera inflamación, dolor y pérdida de movilidad.
Se considera una patología de tipo crónico y progresivo, aunque su evolución puede variar según el estilo de vida, la actividad física, el peso corporal y los factores genéticos de cada persona.
Causas principales de la artrosis de cadera
La artrosis de cadera tiene un origen multifactorial. Es decir, no suele deberse a una sola causa, sino a la combinación de varios elementos de tipo mecánico, genético y metabólico. Los principales factores de riesgo son:
- Envejecimiento: con la edad, el cartílago pierde elasticidad y capacidad de regeneración.
 - Factores genéticos: ciertas mutaciones genéticas predisponen a la degeneración del cartílago.
 - Sobrepeso y obesidad: el exceso de carga sobre la articulación acelera el desgaste.
 - Traumatismos o fracturas previas: una lesión mal recuperada puede alterar la biomecánica de la cadera.
 - Displasia de cadera: malformaciones o incongruencias articulares congénitas que predisponen al daño del cartílago.
 - Sobrecarga mecánica: actividades laborales o deportivas que implican movimientos repetitivos o cargas elevadas.
 - Factores metabólicos: enfermedades como la diabetes o el síndrome metabólico también aumentan el riesgo.
 
Síntomas de la artrosis de cadera
Los síntomas suelen desarrollarse de forma lenta y progresiva. Al principio, pueden pasar desapercibidos o confundirse con molestias musculares. Los signos más comunes incluyen:
- Dolor en la ingle o la parte anterior del muslo, que puede irradiar a la rodilla.
 - Rigidez matutina, especialmente al levantarse o después de estar mucho tiempo sentado.
 - Disminución de la movilidad, dificultad para cruzar las piernas o agacharse.
 - Chasquidos o crepitaciones articulares al mover la cadera.
 - Dolor al caminar o subir escaleras, que mejora con el reposo.
 - Atrofia muscular en los músculos glúteos y del muslo con el tiempo.
 
En fases avanzadas, el dolor puede aparecer incluso en reposo o durante la noche, afectando la calidad del sueño y la independencia funcional del paciente.
Diagnóstico de la artrosis de cadera
El diagnóstico de la coxartrosis se basa en la combinación de una evaluación clínica detallada y pruebas de imagen. El fisioterapeuta o médico rehabilitador realiza una exploración física para valorar la movilidad, fuerza muscular y presencia de dolor a la palpación. Las pruebas complementarias más utilizadas son:
- Radiografía: muestra el estrechamiento del espacio articular y la presencia de osteofitos (picos óseos).
 - Resonancia magnética (RM): permite valorar el estado del cartílago y las estructuras periarticulares.
 - Ecografía musculoesquelética: útil para detectar inflamación o bursitis asociada.
 
Un diagnóstico temprano es fundamental para establecer estrategias de prevención y tratamiento que eviten la progresión del daño articular.
Tratamiento de la artrosis de cadera
El tratamiento de la artrosis de cadera se centra en reducir el dolor, mejorar la movilidad y ralentizar el desgaste del cartílago. Existen diferentes abordajes según el grado de afectación:
1. Tratamiento conservador
En fases iniciales o moderadas, la combinación de ejercicio terapéutico, educación del paciente y control de peso es la estrategia más eficaz. El fisioterapeuta diseña un plan individualizado para mejorar la fuerza, la estabilidad y la movilidad de la articulación.
- Ejercicio terapéutico: fortalece los músculos estabilizadores (glúteos, cuádriceps y aductores) y mejora la función articular.
 - Movilización articular: técnicas manuales que reducen la rigidez y el dolor.
 - Terapia de calor local: mejora el flujo sanguíneo y reduce la sensación de rigidez.
 - Educación en el movimiento: aprender a realizar las actividades diarias con menos carga sobre la cadera.
 
2. Ejercicio terapéutico guiado y telerehabilitación
El ejercicio terapéutico digital es una herramienta innovadora para el manejo de la artrosis. A través de plataformas como TRAK, los pacientes pueden realizar programas personalizados desde casa, con seguimiento remoto del fisioterapeuta y correcciones en tiempo real gracias a la inteligencia artificial.
Esta modalidad de telerehabilitación permite mantener la adherencia al tratamiento, una de las claves para evitar el empeoramiento de la artrosis. Además, ofrece ventajas como:
- Accesibilidad: elimina barreras geográficas y facilita la continuidad del tratamiento.
 - Feedback visual inmediato: el sistema analiza los movimientos y corrige errores de ejecución.
 - Monitorización del progreso: el profesional puede ajustar la carga y la frecuencia según la evolución.
 - Motivación y autonomía: el paciente aprende a moverse con seguridad, reduciendo el miedo al dolor.
 
3. Tratamiento farmacológico
En algunos casos, el médico puede recomendar analgésicos o antiinflamatorios para controlar el dolor en fases agudas. Los suplementos como el colágeno hidrolizado o los condroprotectores tienen un beneficio limitado, pero pueden utilizarse como complemento.
4. Cirugía
Cuando la artrosis está muy avanzada y la función articular se ve gravemente afectada, puede considerarse la prótesis total de cadera. Este procedimiento reemplaza la articulación dañada por una artificial, con excelentes resultados en la mayoría de los pacientes. La fisioterapia posquirúrgica y la telerehabilitación son esenciales para optimizar la recuperación funcional.
Prevención de la artrosis de cadera
Adoptar hábitos saludables es clave para prevenir o retrasar la aparición de la artrosis. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mantener un peso saludable para reducir la carga sobre las articulaciones.
 - Realizar actividad física regular, especialmente ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar o andar en bicicleta.
 - Fortalecer la musculatura de la cadera para mejorar la estabilidad articular.
 - Evitar posturas mantenidas o movimientos repetitivos que sobrecarguen la cadera.
 - Consultar al fisioterapeuta ante cualquier signo de dolor persistente o limitación de movimiento.
 
Conclusión
La artrosis de cadera no tiene cura definitiva, pero con un diagnóstico temprano y un enfoque terapéutico activo, es posible controlar el dolor, mantener la movilidad y prevenir el deterioro funcional. El ejercicio terapéutico guiado por fisioterapeutas y la telerehabilitación con TRAK representan hoy en día una solución efectiva, segura y accesible para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Recordemos que el movimiento, cuando se realiza de forma adaptada y constante, es la mejor medicina para las articulaciones. Y con herramientas como TRAK, cada paciente puede moverse con seguridad, confianza y apoyo profesional.
Preguntas frecuentes sobre la artrosis de cadera
¿La artrosis de cadera se puede curar?
No tiene cura definitiva, pero los tratamientos actuales permiten reducir el dolor, mejorar la movilidad y retrasar la progresión del daño articular.
¿Es recomendable hacer ejercicio con artrosis de cadera?
Sí, siempre que el ejercicio esté adaptado y supervisado. El movimiento ayuda a mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la función articular.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor para la artrosis de cadera?
Ejercicios de bajo impacto como la bicicleta estática, natación o caminatas, junto con programas de fortalecimiento y movilidad dirigidos por fisioterapeutas.
¿Cómo ayuda la telerehabilitación con TRAK?
Permite seguir un programa de ejercicios personalizado desde casa, con control remoto y feedback visual, mejorando la adherencia y los resultados del tratamiento.
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Cuando el dolor y la limitación son severos y no responden al tratamiento conservador, se valora la colocación de una prótesis de cadera.