Que es la osteoartritis y como afecta a la vida de las personas

La osteoartritis, también conocida como artrosis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a medida que envejecen. Esta afección se caracteriza por el desgaste del cartílago que recubre los extremos de los huesos en las articulaciones, lo que provoca dolor, rigidez y dificultad para moverse. Aunque puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, la osteoartritis suele desarrollarse en las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, las caderas, la columna vertebral y las manos.

 

Con respecto al impacto en la vida cotidiana, el dolor es uno de los síntomas más comunes de la osteoartritis, variando desde leve hasta severo y afectando la capacidad de realizar actividades diarias. Este dolor puede empeorar con el movimiento y mejorar con el reposo, lo que puede limitar la capacidad de una persona para caminar, subir escaleras, levantar objetos o realizar tareas domésticas.

 

Además de la experiencia del dolor, otra manifestación típica de la osteoartritis es la rigidez articular, que puede dificultar el movimiento de una articulación después de períodos de inactividad. Esta rigidez tiende a mejorar con el movimiento, pero puede persistir durante todo el día en casos más avanzados de la enfermedad.

 

En términos de pérdida de la función articular, a medida que progresa la osteoartritis, las articulaciones afectadas pueden volverse menos estables y perder su capacidad para moverse con normalidad. Esto puede llevar a una disminución de la fuerza muscular, la movilidad y la flexibilidad, lo que dificulta aún más la realización de actividades diarias.

 

Además de los síntomas físicos, es importante considerar el impacto emocional y mental de la osteoartritis. El dolor crónico y la discapacidad pueden provocar estrés, ansiedad, depresión y disminución de la autoestima. La dificultad para realizar actividades que antes eran simples y placenteras puede llevar a sentimientos de frustración, aislamiento social y pérdida de interés en las actividades sociales y recreativas.

 

En resumen, la osteoartritis es una enfermedad debilitante que puede tener un impacto significativo en la vida de las personas. Desde el dolor y la rigidez articular hasta la pérdida de función y el impacto emocional, esta enfermedad puede limitar la capacidad de una persona para llevar una vida activa y satisfactoria. Es importante buscar tratamiento y adoptar estrategias de manejo del dolor para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de aquellos que viven con osteoartritis.

Ejercicio frente a antiinflamatorios no esteroideos en osteoartritis

Un estudio recientemente realizado por el National institutes of health, publicado en el prestigioso blog de filosofía del ejercicio del Dr. José López Chicharro investigo que la osteoartritis (OA) es la forma más común de enfermedad articular y la principal causa de dolor en personas mayores. El manejo del dolor es fundamental en la OA, pero los medicamentos tradicionales como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el paracetamol pueden tener efectos secundarios graves, especialmente en personas mayores con comorbilidades. Por otro lado, el ejercicio se ha destacado cada vez más como un tratamiento central para la OA de rodilla o cadera, pero su efecto analgésico en comparación con los medicamentos tradicionales no estaba claro.

 

Un metaanálisis que incluyó 152 Ensayos Clínicos Aleatorizados y más de 17,000 participantes encontró que el ejercicio ofrecía un alivio similar del dolor y mejora funcional en comparación con los AINE orales y el paracetamol a corto y largo plazo. Este estudio confirma que el ejercicio es una terapia efectiva para la OA, con un perfil de seguridad superior al de los medicamentos tradicionales.

 

Estos hallazgos respaldan la recomendación de priorizar el ejercicio como tratamiento central para la OA. Además, sugieren que el ejercicio podría ser una alternativa segura para personas mayores con comorbilidades o con riesgo de efectos adversos relacionados con los medicamentos. Sin embargo, es importante destacar que el tipo y la intensidad adecuados del ejercicio son fundamentales, ya que un enfoque inadecuado podría empeorar los síntomas y la progresión de la OA.

 

En conclusión, el ejercicio ofrece beneficios similares a los medicamentos tradicionales en el tratamiento de la OA, con un perfil de seguridad superior. Se debe dar más importancia al ejercicio en la atención clínica, especialmente en personas mayores con comorbilidades o riesgo de efectos secundarios relacionados con los medicamentos.

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