Borja Gómez: : la digitalizacion de las residencias de ancianos

Residencias, digitalización y envejecimiento saludable

España ha pasado por diferentes fases en las últimas décadas en cuanto a demografía se refiere, se ha producido la transformación que supone pasar del “baby boom” a un proceso de envejecimiento progresivo, a pesar del alivio que supuso el importante fenómeno migratorio temporal en la década de los 2000.

El país se caracteriza en la actualidad por tener una de las tasas de fecundidad más bajas de la UE-27 así como una elevada edad a la maternidad. Lo cual, unido también a una de las esperanzas de vida tanto al nacer como a los 65 años más elevadas de la OCDE, hace que la pirámide de población esté perdiendo su tradicional forma (Conde-Ruíz, 2021).

El hecho de que envejecimiento no sea un estado común a todas las personas, pues es diferente para cada uno, hace que la respuesta de salud pública deba ser integral, a fin de atender las enormes diferencias que existen en las experiencias y necesidades de las personas mayores.

Esa diversidad se debe a los entornos físicos y sociales en que se encuentran las personas, puesto que ese entorno influye en sus oportunidades y sus hábitos relacionados con la salud. La relación que mantenemos con nuestro entorno viene determinada por características personales como la familia en la que nacimos, nuestro sexo y etnia, y eso da lugar a desigualdades en nuestra relación con la salud.

Por este motivo, en el marco de la agenda 2030, la OMS lanzó la iniciativa «Década del Envejecimiento Saludable» que ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales y los profesionales en torno a diez años de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas y los cuidados de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.

En el documento establecen literalmente la necesidad de «Promover el desarrollo, producción, disponibilidad y utilización de tecnologías e innovaciones asistenciales y digitales que aumenten el acceso a unos servicios sanitarios y sociales de calidad» y, en este contexto es en el que podemos incluir la telemedicina y la salud digital.