Las tendinitis

La tendinitis es una inflamación del tendón que puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente en las zonas de mayor estrés, como el hombro, la muñeca, la rodilla y el tobillo.

¿Cuáles son sus causas?

En este espacio, abordaremos las principales causas y factores de riesgo que pueden desencadenar su aparición. Entre sus principales causas se encuentran las siguientes:

  1. Sobrecarga repetitiva: Esta es su causa más común, se produce cuando el tendón es sometido a esfuerzos repetitivos y continuos durante un periodo de tiempo prolongado. Esto provoca una irritación en la zona, que puede desencadenar una inflamación y dolor en el área afectada.
  2. Traumatismos y lesiones: Los traumatismos y lesiones directas en los tendones también pueden provocar la aparición de la tendinitis.
  3. Envejecimiento: Con la edad, los tendones pierden elasticidad y flexibilidad, lo que los hace más propensos a sufrir lesiones y a desarrollar tendinitis.
  4. Alteraciones biomecánicas: Las alteraciones en la postura, el equilibrio muscular y la técnica deportiva pueden aumentar el estrés sobre esta zona del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar tendinitis.
  5. Factores sistémicos: algunas enfermedades sistémicas, como la diabetes, la artritis y la gota, pueden aumentar el riesgo de desarrollar tendinitis.

En caso de sospechar una tendinitis, hay que realizar una evaluación adecuada para identificar las causas subyacentes y prescribir un tratamiento personalizado, que incluya la aplicación de técnicas de fisioterapia, la utilización de medicamentos antiinflamatorios y la realización de modificaciones en el estilo de vida para prevenir la recurrencia de la lesión.

¿Cuáles son sus síntomas?

Esta es una afección común que afecta a muchos pacientes que buscan tratamiento con fisioterapeutas. Es importante que los profesionales puedan identificar sus síntomas para poder ofrecer un tratamiento eficaz a sus pacientes. A continuación, enumeramos y explicamos los síntomas más comunes de las tendinitis:

  1. Dolor: Este es el síntoma más común. Los pacientes pueden sentir dolor en el área afectada, que se agrava al realizar movimientos específicos. Es posible que sea más intenso por la noche.
  2. Hinchazón: La lesión puede causar hinchazón leve o moderada en el área afectada. La cantidad de hinchazón dependerá de la gravedad de la lesión.
  3. Sensibilidad: Los afectados pueden experimentar sensibilidad en el tendón. La piel puede estar caliente al tacto y puede doler al aplicar presión.
  4. Rigidez: La tendinitis también puede causar rigidez en el área afectada. Los pacientes pueden notar que sus movimientos se encuentran limitados.
  5. Debilidad muscular: La lesión puede debilitar los músculos que rodean el área afectada. Esto puede hacer que los pacientes sientan que tienen menos fuerza en esa área.
  6. Chasquidos o crujidos: En algunos casos, los pacientes pueden sentir chasquidos o crujidos en el área afectada al moverse.

Debemos de tener en cuenta que los síntomas de la tendinitis pueden variar según su ubicación. Por ejemplo, la tendinitis del hombro puede causar dolor en la parte superior del brazo, mientras que la tendinitis del codo puede causar dolor en el antebrazo.

¿Qué tratamientos existen?

A continuación, enumeramos algunos de los tratamientos que podemos aplicar para ayudar a los pacientes a recuperarse de la lesión:

  1. Terapia manual: Esta es una técnica de tratamiento que implica la manipulación de los tejidos blandos para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y la flexibilidad, y reducir la inflamación. Para tratar la lesión, podemos aplicar diferentes técnicas de terapia manual, como el masaje, la liberación miofascial, la terapia de puntos gatillo, entre otras.
  2. Ejercicios terapéuticos: Los ejercicios terapéuticos son una forma efectiva de tratarla, ya que pueden ayudar a fortalecer los músculos y los tendones, mejorar la movilidad y la flexibilidad, y reducir el dolor. Es importante personalizar los ejercicios según la parte del cuerpo afectada y su gravedad.
  3. Modalidades físicas: Las modalidades físicas son tratamientos que utilizan diferentes formas de energía para tratar la inflamación y el dolor. Entre las que podemos aplicar para tratar esta lesión se encuentran la crioterapia, la electroterapia, la terapia de ultrasonido y la terapia láser.
  4. Educación y prevención: Además de los tratamientos mencionados anteriormente, es importante brindar educación y consejos a los pacientes para prevenir futuras lesiones y mejorar su estilo de vida. Podemos enseñarles técnicas de estiramiento, ejercicios de fortalecimiento y recomendaciones ergonómicas para que puedan mejorar su postura y reducir el riesgo de lesiones futuras.

¿Cómo pueden los fisioterapeutas prevenirlas en su trabajo?

La tendinitis es una lesión común que puede afectar a cualquier persona, incluyendo a los fisioterapeutas que realizan movimientos repetitivos en el trabajo. A continuación, se detallan algunas estrategias para prevenir la tendinitis en el trabajo de fisioterapia.

  1. Realizar un calentamiento adecuado: Antes de comenzar el trabajo, es importante calentar correctamente para preparar los músculos y tendones para el trabajo físico. Esto puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.
  2. Mantener una buena postura: Una postura adecuada durante el trabajo puede ayudar a reducir el estrés en los músculos y tendones. Para ello, es importante mantener una buena alineación del cuerpo, evitando la inclinación hacia adelante o el encorvamiento.
  3. Utilizar equipo adecuado: Es importante utilizar equipo adecuado y ergonómico para evitar lesiones por movimientos repetitivos. Los fisioterapeutas deben utilizar taburetes ajustables, cojines de apoyo para el cuello y la espalda, y almohadillas para los codos o muñecas para reducir la tensión en las articulaciones.
  4. Descansar y estirar con frecuencia: Tomar descansos regulares y estirar los músculos y tendones durante el trabajo puede ayudar a prevenir la tendinitis. Los fisioterapeutas pueden aprovechar las pausas para caminar, estirar los brazos y las manos, y relajar los hombros.
  5. Fortalecer los músculos y tendones: Fortalecer los músculos y tendones puede ayudar a prevenir lesiones en el futuro. Los fisioterapeutas pueden incorporar ejercicios de fortalecimiento en su rutina diaria, como flexiones de muñeca, ejercicios de resistencia con bandas y ejercicios de agarre.
  6. Evitar movimientos repetitivos: Es importante evitar movimientos repetitivos que puedan causar tensión en los músculos y tendones. Los profesionales pueden alternar entre diferentes tareas para evitar la repetición excesiva de movimientos y reducir la tensión en los músculos y tendones.

La prevención de la tendinitis en el trabajo de fisioterapia implica realizar un calentamiento adecuado, mantener una buena postura, utilizar equipo adecuado, descansar y estirar con frecuencia, fortalecer los músculos y tendones, y evitar movimientos repetitivos. Siguiendo estas estrategias, pueden reducir su riesgo de lesiones y mantenerse saludables mientras realizan su trabajo.

Conclusión

En resumen, las tendinitis es una inflamación en los tendones, que ocurre cuando el tendón, que conecta el músculo al hueso, se inflama debido al uso excesivo o a una lesión aguda.

Los síntomas de la lesión incluyen dolor, hinchazón, sensibilidad, rigidez, debilidad muscular y chasquidos o crujidos. Como fisioterapeuta, es importante que puedas identificarlos para poder brindar un tratamiento efectivo a tus pacientes.

Si sospechas que tu paciente tiene tendinitis, es importante que le realices una evaluación detallada para confirmar el diagnóstico y diseñar un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento de la tendinitis puede incluir ejercicios de fortalecimiento, terapia manual, fisioterapia y otras modalidades de tratamiento, según la gravedad de la afección.

Por último la inflamación puede prevenirse en muchos casos, mediante la realización de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular, la adopción de una técnica adecuada en la actividad deportiva, la utilización de calzado y equipamiento adecuado, y la modificación de la postura y el entorno laboral.

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